Consejos sobre cómo correr riesgos con colores

Elegir un color de pared puede ser una experiencia estresante sin necesidad. A menudo, la gente siente atracción por un color específico para las paredes, pero luego comienzan a hacerse preguntas. ¿Será demasiado brillante? ¿Será el tono incorrecto? ¿Le gustará a mi mejor amigo o a mi suegra?

Si se encuentra en esa situación, tengo una pregunta más para que se haga: ¿Y qué importa?

Es parte de la naturaleza humana preocuparnos por lo que pensarán los demás sobre nuestras decisiones. But, when we're talking about something as innocuous as paint, I think we should not worry about anyone but the people living in the home - and maybe the landlord if you are renting.

Uno de los temas que más me gusta usar en mi blog es: Es solo pintura. Elija el color que quiere elegir, en lugar de uno que cree que debería elegir. Grab a sample and put it up on the walls - paint as large of an area as possible. Luego, conviva con ella durante un día, una semana o un mes. Si no le gusta pasado ese período de prueba, vaya a la tienda de productos para mejoras en el hogar y compre otro balde de pintura de muestra. No habrá gastado demasiado dinero en pintura ni tiempo por tener que volver a pintar una habitación, pero ganará confianza en cuestiones de decoración al explorar los colores y seguir su instinto.

Yo soy una de esas personas a las que les encanta pintar un patrón enorme en las paredes en casi todas las habitaciones. Según el tamaño de la habitación y el patrón, elegiré entre una y dos paredes. Creo que genera un gran impacto y les da a mis habitaciones el estilo audaz que estoy buscando.

Sin embargo, a menudo escucho de los lectores de mi blog que nunca harían tal cosa. Nunca podrían pintar un patrón enorme como ese en alguna habitación. Siempre les pregunto si creen que no podrían hacerlo por cuestiones físicas o por que tomarían las decisiones incorrectas. Nueve de cada diez, me dicen que les preocupan las elecciones que hagan.

No tenga miedo de arriesgarse cuando se trata de elegir un color. Las paredes y los muebles pueden volver a pintarse. Y, según mi opinión, la tarea física de volver a pintar vale más la pena que los juegos mentales en los que se mete cuando se preocupa demasiado por los colores de pintura.