¿Le encantó cuando vio el color en la ficha de la tienda pero ahora que ya ha completado la mitad del proyecto está dudando? Melissa Michaels, experta en proyectos Hágalo usted y autora del blog The Inspired Room, le cuenta a Glidden® cómo siguió adelante a pesar de sus dudas respecto del color y por qué se siente tan feliz de haberlo hecho.
Elección del turquesa
El año pasado decidí que quería agregar un toque de color más audaz a la pintura de paredes en mi casa. Por lo general, mantengo un color práctico y neutro en mis paredes. Sin embargo, creo que es divertido tener un elemento de sorpresa así que decidí que el baño de mi hijo era el lugar ideal para agregar un toque de turquesa.La primera vez que apliqué el color en las paredes, ¡entré en pánico! Era tan brillante que me imaginaba a las personas corriendo a buscar sus gafas de sol. Sabía que me gustaba el color pero tenía miedo de cómo quedaría toda la habitación con las paredes turquesa. ¿Qué tal si no me gustaba?
Casi retrocedo.
Era un riesgo avanzar, pero decidí superar el miedo porque realmente quería ese color. Me dije a mi misma "este color es lindo y me gusta"; solo necesitaba encontrar el equilibrio adecuado con los otros elementos de la habitación. Así que seguí pintando.Cada vez que llegaba a un punto en el que temía que no fuera a funcionar, simplemente me preguntaba por qué no estaba funcionando y realizaba algún ajuste. Por ejemplo, no me gustaba cómo quedaba el nuevo color de la pared con las molduras existentes. Pero, ya que volvería a pintar las molduras de todos modos, continué con las paredes aunque el matiz rosáceo de las molduras me molestara. Una vez que pinté las terminaciones de madera con el blanco puro adecuado, la habitación comenzó a lucir mejor de inmediato.
¿Mi siguiente obstáculo? Una vez que tuve las paredes pintadas, el contraste con el techo aún me parecía un poco abrupto. En vez de retroceder y pintar todo neutro de nuevo, pinté el techo blanco con turquesa para que combinara con las paredes y así eliminar el contraste de color entre la pared y el techo. Al agregar MÁS color, la habitación al instante se vio más armónica, más unificada y menos despareja.
¡Otra crisis que evitaba!
Una vez que el baño principal estuvo listo, tuve que decidir de qué color pintaría el pequeño cuarto de ducha adyacente. Si hubiera continuado con más turquesa, creo que me hubiera desagradado. Lo bueno, si poco, dos veces bueno. Así que a fin de mantener el equilibrio de color que me gustaba, pinté el cuarto de ducha con un gris suave como el resto de mi casa. Esta opción permitió el equilibrio del espacio general e hizo que el turquesa se tornara especial, en vez de abrumador.Finalmente, limpié todos los suministros de pintura y terminé de decorar el espacio con accesorios. Normalmente resulta muy difícil evaluar una habitación apenas termina el proceso de pintura, y antes de ordenarla. Una vez que la habitación estuvo limpia y con los accesorios adecuados en su lugar, ¡el ambiente se sintió completo, equilibrado y hermoso!
A veces pienso que cuando pintamos una habitación, intentamos juzgarla demasiado pronto antes de darle una oportunidad de evolucionar. Creemos que debemos abandonar el color de pintura cuando quizás todo lo que necesitamos es un pequeño ajuste en los accesorios durante el proceso. Si usted sabe que le gusta el color, quizás solo necesita respirar profundo y seguir avanzando hasta terminar. En este caso, ¡me alegra haberlo hecho!
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